A las 12:00am daremos la vuelta a una página más...
El 2011 habrá quedado atrás y comenzaremos un nuevo año.
Termina un año que, sinceramente, comencé sin mucho ánimo.
Pensé que pasaría sin pena ni gloria. Afortunadamente estaba yo muy equivocada.
A través de estos doce meses pasé por todos los estados emocionales que puedan existir. Y eso no tendría gran relevancia si no fuera porque aprendí a disfrutarlos. Abrí muchísimas puertas, me permití ser quien soy realmente. Dejé salir a la Anahí cursi más a menudo. Sonreí más seguido. Dejé de crear prejuicios. Aprendí a escuchar a la gente. Me atreví a dar consejos. Opiné en voz alta. Hablé cuando algo no me parecía. Me tragué el orgullo y admití mis errores. Enmendé muchas relaciones rotas. Hice mi mayor esfuerzo. Me acerqué a los que no permitía que estuvieran cerca. Me quité la pena. Defendí a los que amo en todo momento. Me volví más tolerante…
En fin, fue un año cargado de aprendizajes, de aventuras y de nuevas experiencias.
Yo, que juraba no tener mejores amigos, dejé entrar a más de 10 personas a mi vida. Gracias a ese grupito de pervertidos y precoces, que me enseñaron tanto en este año. Que me hicieron volver a confiar, volver a creer. Volver a preocuparme. Que me hicieron querer estar siempre con ellos, cuando me necesitaran y cuando no. Gracias por los momentos de diversión extrema, por las pláticas indiscretas, por los secretos del pasado confesados. Gracias por dejarme saber que cuento con todos y cada uno de ustedes, por hacerme reír cuando más lo necesitaba, por no dejar que el stress se apoderara de mí, por el abrazo en el momento exacto (aunque juraba que no me gustaban), por el saludo matutino que me hace estar de buenas todo el día, por los mensajes sin ninguna intención más que saber como estoy, por las nacadas que hacemos juntos, por mi dosis de sarcasmo diaria, por los chistes locales… Sé que vendrá otro año igual o mejor. Y que así seguirán pasando, que estaremos unidos a pesar de todo, como ya lo hemos demostrado. Gracias al “420 y anexos” que me hacen sentir la persona más afortunada del mundo por tenerlos. Gracias por permitirme ser una más de ustedes. Gracias a Ale, Bruno, David, Diana, Emiliano, Erika, Isabel, Jorge, Mafer, Manuel, Marlene, Monse, Vladimir . Los amo muchísimo.
Gracias a Gaby, que siempre me aguanta en mis momentos de crisis, de enojo, y hasta cuando hago bromas horriblemente pesadas. Porque piensa y critica igual que yo, por que me hace reír muchísimo y siempre está ahí.
Gracias a Itzel, que me dejó saber un poquito más de ella, que me permite estar a su lado, y que no se enoja cuando la acaricio como gato jajajaja.
Gracias a los amables de mi nuevo grupo, el 502. Por la ayuda, la sonrisa, el saludo, por la unión que de vez en cuando se nos da, por los momentos divertidos y las risas en clase.
Gracias a Adilene, que sabe esperar pacientemente. No estamos en la misma escuela, y prácticamente ya tenemos pocas cosas en común, pero sigue siendo la misma persona. Me divierto muchísimo con ella, me atrevo a hacer lo que nunca haría. Río a carcajadas y por las cosas más simples del universo. Me da gusto saber que manejamos muy bien la cuestión de la distancia y el tiempo que estamos separadas. Pero siempre habrá un mensaje, con un chiste o con una propuesta a salir aunque sea al súper.
Gracias a mi familia, que a pesar de todo, siempre está conmigo. Que a pesar de los enojos, siempre están al final del día preguntando como me fue o que tan cargada estoy de trabajo. Porque aunque ya no salgamos ni hablemos mucho como antes, nos comunicamos por miradas y sabemos cuando algo pasa. A mis papás, que siempre se están preocupando o intentando ayudarme cuando no logro hacer o entender algo. A mis hermanos, que siempre me hacen más amenas las jornadas largas, por un chiste o un comentario en la comida. Por esos recuerdos de cuando éramos pequeños y las infinitas historias que podemos contar una y otra vez y no dejan de hacernos reír. A mi cuñada, por entender que uno no siempre está de humor, que su estancia en la casa no siempre nos ha sido fácil, pero que la quiero muchísimo, porque es como tener a una niña pequeña gritando y hablando todo el tiempo.
Gracia a la vida, al destino o a lo que sea que haya interferido para que este año haya sido uno de los mejores de mi vida. Me faltaron personas importantes, hablando físicamente, por que aunque hayan fallecido, siguen siendo mi empuje para cada día.
Gracias 2011 por dejarme tantas enseñanzas, tantos amigos verdaderos. Gracias por que aunque no te recibí como merecías, me sorprendiste con muchos proyectos, con mucha gente hermosa que pusiste en mi camino. Gracias por ser un buen año, por traerme tantos momentos felices, porque sin duda, volvería a repetirte...
Confío en que el 2012 será mejor. Seguiré trabajando en mis sueños, cumpliendo metas y disfrutando día tras día. Valorando y atesorando todo lo que tengo, y a todos los que me rodean.
A las 12am te doy la vuelta, pero no te olvido. Fuiste un excelente año. Gracias por todo, 2011.


