Pasando a motivos menos cursis, sé que haga lo que
haga este año será uno de los más importantes de mi vida:
Se avecina el cierre de un ciclo muy importante para
mí: la preparatoria. En tres meses voy a estarme despidiendo de mi segundo
hogar, de mi lugar UNAM. Prepa 5 ha sido mi refugio, mi
salvavidas, mi lugar seguro, mi proveedor de felicidad. Aprendí muchas cosas,
descubrí todo un mundo de posibilidades, conocí a las mejores personas del
mundo. Sufrí, me desesperé, grité, lloré, reí, aprendí a ver más allá. Lo bueno
y lo malo, todo era disfrutable ahí. Todo tenía sentido, todo te enseñaba
alguna lección. Caerse, levantarse, seguir caminando y salir victorioso. Me quedo con un montó de experiencias, con una
historia para cada lugar, con un corazón renovado, un alma convencida, un
espíritu seguro y una gratitud eterna. Satisfecha de mi papel y contentísima
por haber tenido la oportunidad de trabajar con profesores tan chingones. En
tres meses me despido sin saber que pasará, pero convencida de que todo lo
vivido en estos tres años me va a ser útil para el futuro♥
Enlazado, tengo programado mi ingreso a universidad.
Todavía no sé a cuál ni a qué carrera, pero sé que cuando elija será con todas
las cartas puestas sobre la mesa, con una postura realista y con una convicción
estable sobre lo que voy a hacer. Aún no puedo escribir mucho sobre este paso,
porque ni siquiera sé en qué dirección lo voy a dar… pero estoy resolviendo los
problemas internos que no me dejan decidir, llenando huecos, resanando marcas,
desinfectando heridas y eliminando la culpa de las cicatrices. Voy a tomar la decisión
más importante de mi vida, y me prometí tomarla con el corazón en la mano. Es
todo lo que sé por ahora. Será lo que tenga que ser, lo que me convenza, lo que
me llene; que me haga querer perderme por completo en su contenido, que me haga
perder la cabeza buscando soluciones. Algo a lo que no deba ponerle un esfuerzo
extra para involucrarme. Algo que me salga natural. Algo que pudiera hacer muy gustosa aunque no me pagaran. Algo que no considere un trabajo o una obligación. Algo
que me haga sentirme bien, completa, útil.
Y, por si fuera poco, el próximo 24 de julio cumpliré 18
años...
Me queda medio año de seguir siendo una niña, de
seguir esperando a que las oportunidades aparezcan, de poder esconder la mano y
esperar a que un adulto responda por mí. Sólo seis meses más para que puedan
realizar elecciones sobre mí. Seis meses para seguir culpando a mis papás sobre
lo que no me he atrevido a hacer, sobre lo que no me he atrevido a ser. Seis
meses y oficialmente puedo hacer lo que se me dé la gana. Seis meses y se acabó, Mondragón: tendrás que
hacerte cargo de ti misma, de lo que haces, piensas, eliges, y de lo que no. Crecer
duele, ¡claro que duele! Se terminan las justificaciones y las medias tintas… Pero
más que pánico y sufrimiento, cumplir 18 años me tiene emocionada. No por la
liberación del yugo parental, como la gran mayoría de mis conocidos, porque afortunadamente jamás lo he tenido;
sino por la liberación latente del yugo propio. Para mí, es la edad crucial, el
cambio importante. Será el dejar atrás todo lo que alguna vez me hizo daño y
empezar a guiarme de una manera más madura, mas segura, más autónoma. Ser más
yo y menos lo que siempre han querido que sea. Rescatar lo bueno, pensar en
grande, arriesgarse.
Cumplir 18 años me hace, por primera vez, querer hacer
absolutamente todo; querer experimentar mucho con la total seguridad de que las
cosas estarán bien. Es una nueva etapa y tengo claro lo que quiero sentir.
Quiero ser libre, sentirme plena, completa, feliz♥
Y ese será mi único propósito
firme para este año: DISFRUTAR TODO LO QUE VENGA. Dejar de agobiarme por cosas
que, al final de todo, ni son importantes. Sonreír más y negarme menos; entregarme
de lleno a la vida, aprovechar día tras día, no quedarme con ganas de hacer ni
de decir las cosas; estar siempre que me necesiten, ayudar cada que pueda,
invertir más tiempo en mí y mis hobbies, en mis salidas a caminar y en los
eventos culturales que tanto me llenan. Cuidarme. Dedicar más tiempo a mis
amigos, decirles a las personas lo importantes que son en mi vida y tenderles
un apoyo incondicional, sin fecha de vencimiento. Atreverme a hacer lo que
siempre he querido, y probar un poco de lo nuevo, de eso a lo que siempre me
negué. Viajar, tomar fotos y escribir más. Escuchar música y cantar más fuerte.
Vencer miedos y vergüenzas. Aprender a hacer el ridículo; disfrutar hacerlo.
Educar a mi lado artístico para que salga más seguido, y al impulsivo para que
se muestre menos. Derribar barreras y construir puentes. Desechar la paja y
cuidar más los tesoros que me han sido entregados. Procurar relaciones. Soltar
viejos vicios y arraigar nuevos hábitos. Querer sin esperar nada a cambio. Admirar.
Querer. Amar. Valorar. Confiar. Necesitar sin depender. Atreverme y no
arrepentirme… Sí, eso quiero. Quiero ser yo, quiero sentirme mejor conmigo
misma, quiero estar bien con lo que haga, con lo que diga, con lo que muestre,
con lo que enseñe. Quiero, en unos años más, mirar atrás y reconocer que he
disfrutado de todas y cada una de mis vivencias, de mis compañías, de mis victorias,
y hasta de mis derrotas. Quiero ponerle vida a los años. Quiero sentirme
orgullosa de mí misma y de mis compañeros de viaje, de nuestros proyectos, del
vencimiento de fantasmas y de cada uno de los libramientos de obstáculos. Quiero
hacer. Quiero ser.
El 31 de diciembre fue la línea
de salida para muchos. La mía llega el 24 de julio. No son sólo 18 años; es el
cierre de mi etapa formativa y el inicio de mi proyección, de mi aporte al
mundo, de mi devolución con creces de todo lo bueno que he recibido. Puede que
te parezca un poco tarde, pero yo no puedo aventurarme a un viaje tan largo sin
llevar todo lo necesario en las maletas. Estoy en ese proceso de organización,
de aceptar qué cosas no voy a necesitar, y de envolver bien las que estoy
segura que querré tener conmigo en mis siguientes destinos. Estoy armando un
itinerario envidiable. Estoy acomodando todo. Estoy poniendo los pies en la tierra a la vez que me van
creciendo alas. Estoy animándome a volar…

No hay comentarios:
Publicar un comentario